Me gustan los videojuegos. Eso no lo he negado nunca, ni he tratado de ocultarlo. He pasado la treintena y los videojuegos siguen siendo mi principal forma de entretenimiento. Desde juegos simples en el móvil para entretenerme en el metro mientras escucho podcast hasta grandes producciones a cargo de estudios con centenares de trabajadores con presupuestos desorbitados. Me gusta jugar a la consola y lo disfruto mientras puedo. También consumo mucho producto derivado de los mismos. Casi todo son vídeos en Youtube, podcast dedicados y prensa especializada (online, por ser más específicos).
He escuchado una historia similar a la que os voy a contar a varias personas, por lo que pienso que será algo más o menos habitual. He jugado a videojuegos desde que era niño. No en vano he comentado más de una vez que la GameBoy es una de mis consolas preferidas. El caso es que dejé de jugar por un tiempo, más o menos cuando empecé la Universidad y volví hace no demasiado (un par de años). Me salté toda la generación anterior. Llegué para el final de esta actual generación de consolas. Por suerte he podido probar casi todo lo bueno y grande que nos ha dejado este ciclo de consolas. El problema que he tenido es que me faltan algunos grandes juegos. Son considerados por muchos como las obras maestras del entretenimiento digital y no las jugué en su momento. Hasta ahora tampoco he podido porque me decanté por la consola de Microsoft, la Xbox One (en su modelo S), y esas maravillas están restringidas a sistemas de Sony PlayStation. Tal vez la siguiente generación con retrocompatibilidad sea el momento perfecto para catarlas. O no.
Hace unas semanas salió la noticia de una rebaja de precio del servicio PlayStation Now y la inclusión en su catálogo de varios juegos que me interesaban. En el podcast Vandal Radio, uno de los redactores, Jorge Cano, mencionó que el sistema de juego en streaming de Sony era una buena oportunidad para jugar a esos juegos sin necesidad de tener una consola. No había caído hasta entonces (no le había prestado mucha atención al servicio), pero Jorge tenía toda la razón. Los usuarios de PC (no sé si funcionará en Mac) podemos descargarnos la aplicación de PSNow, pagar por el servicio (o en su defecto usar el periodo de prueba de una semana) y utilizarlo sin ningún problema.
El juego en streaming parece que es el futuro. Como casi todo, básicamente. Ya nos hemos acostumbrado a consumir cantidad de horas en distintos servicios de suscripción y de streaming. ¿Por qué los videojuegos iban a ser diferentes? Ah, ya, claro. Sí, el tema de la interacción es un punto crítico en este sentido. Ver una película o escuchar una canción es algo pasivo, no como los videojuegos. Parece que eso va a cambiar porque en apenas un mes Google lanzará su Stadia para tratar de entrar en el sector doméstico. Un salto que se ha visto con un poco de recelo por parte de los jugadores y un recibimiento tibio por la prensa especializada. «El futuro hoy «no es un lema con tanto gancho para los jugadores.
El tema es, que me desvío y no llego, que decidí probar el servicio PlayStation Now por una semana porque era el periodo gratuito. El precio lo han reducido a 9,99€ al mes. Un precio similar al Xbox Game Pass, pero con menos atractivos para el poseedor de una PlayStation 4 (o 3). Yo me animé a jugar God of War, el multipremiado título de Santa Monica Studios que lanzaron el año pasado y se convirtió en el juego del año para cantidad de medios y usuarios. Era uno de los grandes atractivos del catálogo de PSNow junto con Uncharted 4, pero para ello quería pasarme los tres anteriores (que tampoco toqué). Dentro de juegos que me interesaban está el The Last of Us y su DLC con contenido adicional que tanta gente alaba.
Así que como digo, empecé por la aventura de Kratos y Atreus. La terminé en fácil porque tenía solo siete días y me interesaba más enterarme de la historia que disfrutar de un sistema de combate pulido y bien montado. La idea de hacer un juego en un único plano secuencia con la cámara al hombro también ha sido una decisión creativa que quería ver reflejada en el título. En líneas generales, el juego me ha gustado y lo he disfrutado, pero tal vez no como debería. Por un lado, ya digo, ha sido en fácil porque no tenía demasiado tiempo para jugarlo y, por el otro, el streaming. Para empezar, sufrí microcortes desde el principio. Tal vez fuese culpa mía, lo jugué por conexión inalámbrica y no por cable, por lo que la señal no llegaba tan prístina como debiera. Se me iba parando la imagen, aunque cuando accedía al menú de PSNow (con la tecla Esc) refrescaba y me dejaba seguir jugando. Eso en una cinemática o en un combate era una tortura. La tecla era casi un elemento más del combo que estaba realizando el personaje. Y me pasé así todo el juego, acostumbrado a cada poco tiempo. El tiempo además era relativo. A veces pasaba cada pocos segundos y otras podía estar más de diez minutos sin un microcorte de estos. Así que la experiencia, en mi caso, ha sido agridulce. He podido ver ciertas bondades de este sistema de juego, pero creo que no es para mi, al menos de momento.
[…] correo electrónico y me encontré con un email de Sony con una encuesta de satisfacción sobre su servicio de videojuegos en streaming PlayStation Now. Dentro de las preguntas, entre las iniciales de hecho, había una que rezaba, más o menos, así: […]