Hace más de treinta años San Mamés vivió un enfrentamiento único. Es raro ver a un equipo que no sea el Athletic jugar como local en La Catedral, pero en el verano de 1982, Naranjito era famoso y el Mundial de fútbol tenía España como sede. Una de los estadios elegidos para albergar tan importante acontecimiento fue, precisamente, San Mamés. Bilbao pudo vibrar con el encuentro entre Francia e Inglaterra. También Checoslovaquia y Kuwait se vistieron de corto y de gala en el estadio rojiblanco. Ahora, con la vieja Catedral demolida y el nuevo templo al 75% de funcionamento (y 110% de potencia), Bilbao quiere ser sede de la Euro 2020.
La Eurocopa de 2020 va a ser especial. Ese año no se va a elegir un país como sede, serán varios países. Será un Eurocopa por Europa. Para realizar esta bonita idea, cada país deberá de aportar un estadio para dichas competiciones. Se espera que se jueguen unos cuantos partidos con el país anfitrión como local. En España hay dos estadios propuestos: La Peineta de Madrid y San Mamés en Bilbao. Así, de ser elegida la candidatura vasca, la selección española debería de jugar unos cuantos partidos en Bilbao. Con lo que ello podría conllevar. Al menos según ciertos cargos públicos.
A diferencia de unos Juegos Olímpicos, la Euro 2020 no necesitaría la construcción de grandes infraestructuras. El estadio está prácticamente construido y se tiene la previsión de finalizarlo para el año que viene. Los gastos no serían mayores. Al menos a ese nivel. Se calcula, aunque no he encontrado fuentes, que los ingresos que recibiría la ciudad rondarían los 30 millones de euros. Una cantidad nada despreciable al coste que puede salir. ¿Cuál es el mayor problema? El diputado general de Bizkaia y España.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) es la formación gobernante en el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno Vasco y, a la postre, copropietarios todos ellos del estadio. Las instituciones, no el partido. Ciertos dirigentes del PNV han criticado de una forma u otra la elección de Bilbao como sede española de la Euro 2020. El lehendakari Iñigo Urkullu declaró que apoyaba la candidatura, pero con Euskadi como anfitriona. Esa misma línea es la que seguía el diputado general José Luis Bilbao, hasta que se pasó de frenada.
En una entrevista en Radio Popular, Bilbao soltó perlas como que «si mañana jugara España en San Mamés se producirían varios fenómenos. Primero, junto a la selección española vendrían un montón de autobuses con banderas rojigualdas, con aguiluchos y con toros negros encima, a tomar posesión delas provincias traidoras». También alertó sobre la posibilidad de encontrarse con «otro grupo grande esperándoles en la Gran Vía y tendriamos un despliegue de toda la plantilla de la Ertzaintzacon todas las tanquetas en la calle. Y la hostelería igual no tendría mucho negocio que hacer porque tendrían que bajar las persianas para que les rompiesen los cristales».
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¿Es esta la actitud que debería tomar un cargo público? Creo que no es sensato tratar de alimentar el miedo a lo español. Es la misma estrategia que utiliza el Gobierno con ETA. Tratan de generar miedo por alguna misteriosa razón. En su mayoría, sospecho, que electoral. El Diputado General decidió realizar estas duras declaraciones cuando otros líderes de su partido habían aceptado ya como buena la posible llegada de la Eurocopa a Bilbao. Un mensaje negro, cargado de tintes guerracivilistas que no hace otra cosa que crispar más lo ánimos.
Creo que el mensaje que lanza el señor Bilbao es un «todo es ETA» a la inversa. Si muchos ultraderechistas españoles creen que todo lo que huele a vasco es ETA menos los suyos, parece que para el Diputado General todos los españoles son malos. No sé qué problema ha visto en banderas españolas con el toro negro, más allá de la infracción del copyright de una marca de vino. No sé por qué dice que se va a tomar posesión de las provincias traidoras. En todas partes hay energúmenos. Está claro que puede que venga gente a montarla y tratar de destrozar Bilbao. También que haya gente que vaya a restregar la bandera española por la cara de gente que no quiere ni verla. Es posible que haya respuesta por parte de vascos violentos. Pero, en general, deberían de ser actos aislados.
Como digo, en todas partes hay imbéciles que la montan. Incluso entre vascos. Recuerdo que durante el exilio de esta temporada a Anoeta, hubo gente que hizo pintadas, detrozó parte del mobiliario del estadio e, incluso, meó en una estatua a Ormaetxea. Con fotos de ello para vanagloriarse del gran logro realizado. ¡Vergonzoso! A pesar de ello, no deja de ser un hecho aislado. Resulta curioso querer evitar la llegada de españoles por los posibles disturbios, pero no poner impedimentos a posibles hooligans o ultras similares. La ideología antes que el bien de la provincia. Al menos en este caso.
José Luis Bilbao se ha pasado unos cuantos pueblos. Tantos que debe andar por Donosti. Además es reincidente. Ya pidió perdón por otras declaraciones mucho menos agresivas. No aprende. Alentar el miedo no debería ser una buena práctica política, pero parece que es algo que cala dentro de algunos partidos de derecha, independientemente el país que escojan defender. No recuerdo la autoría de la cita, la asocio con Meneses o Kapuscinski, pero decían que «el miedo es el negocio del siglo XXI». Parece que no solo sirve para ganar dinero, también votos.
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La actuación del PNV en cuanto a esto está siendo de un 200% jeltzale en su más que habitual indefinición acerca de la cuestión nacional vasca, que homenajeando a los gran Lendakaris Muertos, se puede calificar como de: «Ni si, ni no, ni todo lo contrario».
Pero muchas veces cuando hablamos de deporte y en especial de selecciones nacionales, se nos olvida que la identidad política importa, y mucho; ya que no se puede disociar el caracter representativo del Estado en las selecciones deportivas -no son jugadores que se representan a si mismos sino al Estado por el que juegan-. Por tanto que la selección española dispute encuentros en lo que es el centro deportivo referencial de la selección de Euskadi/Euskal Herria es un ataque directo a la identidad vasca en su forma deportiva, con el añadido además de que es la misma selección que representa al Estado que niega la identidad vasca. La repercusión mediática de los encuentros de la selección de España en San Mamés alentarían esta relación política de apoderamiento simbólico del campo, y por lo tanto no es de extrañar que se genere a priori un masivo rechazo en una gran parte de la población bilbaina y vasca.
Dicho todo esto, la peligrosidad expuesta por Jose Luis Bilbao no es por lo tanto tan descabellada, ¿Acaso alguien duda que los más radicales seguidores de la selección y de grupos ultras, por ejemplo se me ocurren Ultra Sur, Frente Atlético no acudirán en masa a Bilbao? ¿Y que los más abertzales no acudirán en respuesta? De la seguridad dependerá el grado de violencia que se disponga en Bilbao en caso de que se le escoja como sede
Ahora bien, yo jamás justificaré que España no juegue en Bilbao por motivos de violencia hooligan-callejera. Simplemente, la identidad político-deportiva es más importante, por lo que Eurocopa 2020 si, selección española como local, no.
Carlos, sí y no. Entiendo que el PNV no quiera ver a España como local en San Mamés, pero entonces que se atenga a ello y no de respuestas ambiguas. El problema que yo veo es el panorama tan negro que pinta José Luis Bilbao. No es lo mismo, pero en Vitoria-Gasteiz jugó la selección española de baloncesto y no hubo demasiados problemas.