Por fin, por fin, por fin he actualizado. Ah, no, que no era eso. Por fin se ha terminado el ‘coñazo’ mediático del Barça-Madrid, aunque todavía coleen, que no culeen (de culés, no vayan a pensar mal), restos que no se quieren apagar. Han sido unas semanas de hastío insoportable para los no futboleros, los indiferentes y los aficionados a otros clubes. Dos por temporada no están mal, cuatro serían demasiado, pero cinco son el colmo. Encima no han sido para tirar cohetes, salvo el de anteayer, la vuelta de la Champions League, el resto de partidos han sido aburridos y, en muchos casos, faltos de emoción.
Donde sí se lo han pasado bien ha sido en las ruedas de prensa, el partido se ha jugado ahí y cuanto más cerca ha estado el final, más han tirado del micrófono. Siempre me ha caído bien Mourinho, es de esa clase de personas que amas u odias, pero no deja indiferente, igual que los tópicos como este. Pero tengo que reconocer que, hoy por hoy y pese a quien le pese, José Mourinho (y posiblemente su agente, Jorge Mendes), es el cáncer del Real Madrid. Ayer lo discutía en casa, ¿cuándo se ha visto a Casillas criticar tan vehementemente a los árbitros dentro y fuera del campo? ¿Cuándo se le ha visto a Albiol dar tanta hostia gratuita? Y si me apuras, ¿Cuánto hace que Pepe no tenía tantos partidos de ‘locura’? Yo creo que la agresividad que ha pedido el entrenador se ha vuelto en su contra y le ha salido mal la apuesta. El intento de no quedar en ridículo y creerse más listo que Guardiola por parte de Mourinho ha salido realmente mal a juzgar por el resultado, no ya futbolístico, si no del ‘post partido’.
La marea mediática que ha inundado el país no hace más que demostrar que el fútbol español corre grave peligro. Porque, por mucho dinero que aporten o visibilidad que generen, el fútbol español no es solo Barcelona y Madrid, también juegan muchísimos más equipos, a los que parecen olvidar y que posibilitan la Liga que permite el acceso a la Champions, el verdadero objetivo de la temporada, digan lo que digan. No oculto, más bien explicito, que soy seguidor de uno de esos equipos ‘humildes’ que no suele aparecer por televisión, salvo cuando se enfrenta a uno de los dos u ojean a algún jugador de la plantilla. Me cansa ver siempre lo mismo, hablar siempre de lo mismo y oír siempre lo mismo. Desgraciadamente sé que es así y es complicado de cambiar, son los dos equipos con más apoyo y fuerza, los que más interesan, pero les estamos dejando todo a ellos, la Liga solo la juegan dos, armados hasta los dientes, reforzados como nunca, «las mejores plantillas de la historia», mientras el resto se convierten en espectadores que, de vez en cuando, actúan lo justo como para mostrarles que no son dioses, que se les puede herir, aunque costará mucho matarlos.
Así que lo dicho, estoy cansado de los clásicos y del duopolio que mantienen en España el Barcelona y el Real Madrid. Otro día tendré que hablar del exceso de término bélico que se emplea en el periodismo deportivo, pero bueno, a ver si encuentro información, me documento un poco y hago un post del que esté orgulloso, por variar, no todo va a ser como esto. Mucho quejarme de esos dos y acabar como ellos, dando siempre lo mismo.
Un saludo.
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