A la hora de viajar hay que buscar bastante información sobre el lugar al que acudes. Normalmente viajas por una razón, no así a lo loco, sin mirar. Visitar a alguien, conocer algún sitio que te han comentado o has visto en una película, libro o documental, practicar cierto deporte… Sea como fuere, las causas son de lo más diversas, pero siempre hay alguna razón que te empuja a ello. Hoy día, las agencias de viaje han perdido mucho terreno respecto a Internet. La Red nos brinda una excelente oportunidad para encontrar chollos cuando hablamos de viajar. Si contratamos todo a través de Internet, ¿por qué no informarnos ahí de todo?
Hace unas semanas, Kailos (@tremendoviaje) sacó un post, de esos que llevan su tiempo, hablando de precios de las guías de ‘Lonely Planet’ respecto a España. Algunas a mitad de precio. Me pareció un post original y currado, pero algo desfasado. ¿En serio la gente compra guías de viaje? Vivimos en una era híperconectada, seguro que hay alguien que conoces, de una manera o de otra, que ha estado en el culo del mundo al que vas a viajar tú. No solo estamos conectados, además nos gusta hablar de ello. Seguro que hay un montón de información al respecto del destino, desde diversos puntos de vista.
Puedes estudiar la visión del turista: qué hacer, dónde ir, qué es más barato, qué no hacer… Puedes tener la visión del local: qué comer, qué planes hay, qué actividades, peculiaridades e idiosincrasias autóctonas… Incluso de foráneos que viven en la zona. Internet lo puede todo y llega a los rincones más lejanos. ¿Para qué utilizar la guía de viajes si toda la información la puedes llevar de casa en tu bolsillo? Es cierto que no en todas partes hay Internet, pero recuerda que los McDonald’s tienen WiFi gratis. Por lo que pudiera pasar.
Creo que el nivel de información sobre los destinos, si buceas un poco, es inconmensurable. Si ponemos el ejemplo de Bizkaia, tenemos la visión del visitante, la de un bilbaíno y la de una madrileña en Bilbao. Son tres formas de distintas de ver un destino, de afrontarlo y de disfrutarlo. No me cansaré de hablar de Yelp y su comunidad. Gracias a estas recomendaciones sé dónde ir y dónde no ir en destinos que no conozco. Además, sirve como termómetro y referencia. Un local con buenas recomendaciones, no será malo.
En resumen, puedes obtener un montón de información sobre un destino turístico mucho antes de salir y así poder planear, un poco mejor, la ruta a realizar una vez sobre el terreno. Sí, es bonito improvisar, pero el buen improvisador siempre tiene un plan que le respalde.