Vuelvo a la carga con un nuevo post de política-ficción. En uno de mis géneros preferidos y que tanto he desarrollado en este blog. Se trata, como podéis leer en el título de esa simulación en la que toda la abstención que ha habido en las distintas circunscripciones de España fuese a parar a un un partido político. Lógicamente no tiene demasiado sentido, pero es una bonita manera de ver las elecciones y el mapa de España. ¿En qué circunscripciones hubieran ganado los abstencionistas? ¿Cómo quedaría conformado el país? Esas son las preguntas que trato de responder cada vez que hay unas elecciones importantes y aquí están mis conclusiones para las elecciones generales del 28 de abril de 2019.
Empezamos por lo más reseñable y que se ve a simple vista. Hay más de dos colores en el mapa del país. Tampoco mucho más, pero al menos si que es una noticia positiva. De todos es sabido que en esta convocatoria electoral ha habido más participación que en las últimas de 2015. Así se refleja en el mapa español. Si bien es cierto que el Partido de la Abstención ha ganado en número total de provincias, es bastante significativo ver la cantidad de circunscripciones que se han decantado por el PSOE en detrimento de los abstencionistas.
Como podemos ver en el recuento de escaños, el Partido de la Abstención (PA) pierde 19 escaños respecto a las pasadas elecciones generales de 2016. Es el PSOE el que pega el subidón en el Hemiciclo con 29 diputados más. Son los populares los que mayor batacazo se han dado al reducir su presencia en el Congreso a casi la mitad. De los 95 diputados de 2016 se plantan en 52 esta legislatura. También baja bastante Unidas Podemos que ha perdido 15 parlamentarios respecto a los que tenía hace tres años (y uno aparte de Compromís que no van en coalición). Si decía que el PSOE está de celebración por el subidón de escaños, en Ciudadanos no andarán muy lejos. De los 16 de 2016 a los 38 de 2019. Más del doble de diputados, aunque no consiguen ser el partido más votado en ninguna provincia española. La irrupción de la extrema derecha de VOX en la Cámara Baja se refleja en 13 escaños. Sorprende el hecho de ver algún color diferente al gris predominante, al azul que llenaba el mapa en 2016 y al rojo que impregna el interior de España en estas elecciones. PNV se convierte en la fuerza más votada en Bizkaia (uno de sus feudos, pero donde les ha costado movilizar tanta gente) y ERC en Lleida. Además, el partido independentista catalán dobla sus representantes electos y se convierte en la séptima fuerza política del país. Se queda a un solo diputado de VOX presentándose tan solo en las cuatro provincias catalanas.